Ausencia

Una espada va calando
el ventrículo convulso
por la sensación hueca
de la ausencia tuya.

Refulge sin indulto
en las horas asesinas
cuando caen descuartizados
los recuerdos y el adiós.

¿Quién pudo augurar
la falacia y el ardor
que hoy está horadando
aún el frágil vuelo
del aire al respirar?

Ajeno al paso del tiempo
me quedé añorando
los agujeros coquetos
del pómulo grácil
y el gesto de tu risa
en un recuerdo sin final.

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